1. Evita la sal y aumenta la pimienta
La sal provoca que retengas líquidos y te sientas (y te veas) más hinchada, pero condimentos como la pimienta previene que comas de más porque le da un sabor a los alimentos que te obliga a poner atención a lo que consumes. Usa pimienta, ajo, chile o cebolla para darle más sabor a la comida sin provocar que quieras comer de más.
Pon en práctica estos pequeños cambios y verás pequeñas diferencias que con el tiempo se pueden convertir en modificaciones sanas a tu estilo de vida. Comer bien, dormir bien, bajarle a la sal y comer sólo lo que te toca son costumbres fáciles de adoptar. ¡Empieza hoy mismo!
2. Deja de comer 3 horas antes
3 horas antes de acostarte, deja de comer. Eso quiere decir que si te piensas dormir a las 11 no consumas alimentos después de las 8.
3. Pica todo el día
Comer constantemente puede ayudar a tu metabolismo, sólo asegúrate de comer algo que no te engorde como las varitas de apio. Compra un ramito de apio, desinfecta y corta los tallos en varitas pequeñas y llévalas contigo en un frasco. Cada vez que sientas ansiedad o necesidad de masticar algo, come una varita (esto funciona también para dejar de fumar). No tiene mucho sabor, pero te entretiene la boca.
4. Toma agua inmediatamente después de despertarte
Si lo deseas deja una botellita junto a tu cama para que sea lo primero que haces. Hidratarte después de 8 horas de no beber agua es importante, ayuda a iniciar tus sistemas con el pie derecho y mejora incluso la apariencia de tu piel.
5. Desayuna lo más pronto posible
Mientras más pronto desayunes después de levantarte, mejor. Así tu sistema digestivo comenzará a operar desde temprano. Este es el momento de comer un poco de carbohidratos (como pan integral) con mucha proteína (como huevos). No tengas miedo de comer un desayuno muy completo. Agrega una pieza de fruta y una taza de café para sentirte realmente satisfecha. Tienes todo el día para quemar estas calorías.
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